El guante perdido

Érase una vez una abuela y su nieto que vivían juntos en una casita junto a los grandes bosques. Una fría mañana de invierno, la abuela dijo: «Nieto, por favor, vete a buscar algunas astillas para el fuego, para que pueda preparar unas gachas».

El niño, que era un chico obediente, se vistió con su cálido traje de invierno para la nieve. Se puso las botas forradas de piel, una cálida bufanda alrededor del cuello y se tapó las orejas con un cálido gorro. Entonces se puso sus guantes.

Cuento para niños el Ruiseñor

Érase una vez un imperio real en el que vivía su graciosa majestad. Tenía un suntuoso palacio, con preciosos jardines que se extendían hasta tan lejos como la vista podía alcanzar. Cientos de jardineros cuidaban las hermosas flores, los árboles florecientes y las cristalinas aguas de los estanques. Los jardines eran tan enormes que se extendían a través de tres praderas, hasta llegar al mar.

Allí, en la playa, un modesto pescador recogía su barca. Uno de los grandes placeres del modesto pescador era escuchar la preciosa melodía de la canción del ruiseñor. El ruiseñor vivía en un gran árbol de la tercera pradera.

Cuento Los Musicos de Bremen

 Había una vez un burro que había trabajado durante muchos años, día tras día, acarreando pesados sacos de grano para su amo. Ahora que el burro ya era viejo, su amo había decidido deshacerse de él. El burro, que se enteró de los planes de su amo, decidió huir.

Años antes, en la ciudad de Bremen, había oído tocar a las bandas de músicos. El burro pensó: «Cuando rebuzno, hago un ruido muy fuerte. Podría ser un músico como los de las bandas». Y así, se propuso convertirse en músico callejero. Mientras iba caminando por la carretera, vio a un perro tirado en el suelo. Parecía muy cansado y estaba jadeando.

«¿Por qué estás tan cansado?», preguntó el burro.

Cuento para niños Juan El Pastelito

 Érase una vez un viejecito y una viejecita que tenían un hijo. Un día, la viejecita decidió hacer un pastelito redondo para comérselo de postre a la hora de la comida. Era Juanito el Pastelito. La viejecita le dijo al niño que vigilara el Pastelito que no se quemara y se fue con el viejecito a recoger las hortalizas del jardín.El niño estaba demasiado ocupado jugando para acordarse de vigilar el horno y sacar a Juanito el Pastelito cuando estuviera listo. De repente, oyó un estruendo: «¡Bang!». El horno se había calentado tanto que su puerta salió disparada y con ella salió rodando Juanito el Pastelito. Cruzó rodando la puerta de la cocina y siguió por el caminito del jardín. El niño le perseguía gritando con todas sus fuerzas:»Para, para, para, Juanito el Pastelito». Cuando los padres del niño le oyeron gritar, también empezaron a perseguir a Juanito el Pastelito. Pero pronto se quedaron sin respiración y se sentaron a un ladodel camino.

Cuento para niños Juan Soldado

 Juan Soldado volvía de la guerra y sólo tenía un pan para pasar el día. Se encontró a otro pobre como él, que le pidió un trozo de pan. Juan Soldado compartió el pan de buena gana y el pobre, que era San Pedro, le acompaña en su camino.Llegaron a un pueblo y San Pedro curó a un enfermo.

 – Tengo que volver al cielo – dijo San Pedro a Juan Soldado después -. Pero te voy a hacer un regalo por ser generoso; toma este palo que pega sólo a quien tú le mandes.

Cuento del Conejo de Pascua

 La Pascua son fechas perfectas para pasarlas en familia. La tradición del conejo y los huevos de pascua esta cada vez más arraigada en los paises de habla hispana.

Quizá sea este el momento para explicarles a nuestros hijos la LEYENDA DEL CONEJO DE PASCUA.

La leyenda se remonta a la Resurrección de Jesucristo que todos los Catolicos celebran  el domingo de Pascua.

Cuento Tribilitin

El hijo del Rey se cayó de la cuna cuando aún no sabía andar y un enano lo tomó en el aire. Los Reyes, muy agradecidos, le dijeron que pidiese lo que más quisiera, que se lo darían.

– Quiero que vuestro hijo sea mi criado al cumplir tres años. Eso dijo el enano, y los Reyes se pusieron muy tristes. – Os perdonaré la imprudente promesa si adivináis mi nombre – dijo el enano al verles tan compungidos-.

Cuento el ratón de ciudad y el ratón de campo

 Érase una vez una ciudad grande y reluciente que rebosaba de gente, coches, taxis y autobuses. En la ciudad vivía un ratón, el Ratón de Ciudad. Había vivido en pequeños apartamentos, en grandes edificios de viviendas y en enormes rascacielos, pero siempre en la ciudad. En la actualidad vivía en un ático, en un lujoso ático con vistas a un famoso parque desde una de las ventanas, y a una concurrida esquina desde otra.

Cada tarde al ponerse el sol, el Ratón de Ciudad se sentaba ante la ventana para contemplar cómo el crepúsculo descendía sobre el hermoso parque de abajo. Deseaba tener a alguien, quién fuera, para compartir con él ese momento, pero no tenía a nadie con quien poder comentar los colores de la puesta de sol.

Cuento de la Bella Durmiente

 En un país lejano nació una linda princesita. Para el feliz acontecimiento, los reyes organizaron en su castillo una gran fiesta a la que invitaron a las tres hadas buenas del reino, que fueron elegidas como madrinas de la niña.La reina obsequió a cada una de ellas con un cofrecillo hecho de oro y diamantes. Y en señal de agradecimiento las tres hadas otorgaron un don extraordinario a la princesita.

Cuento para niños el Tambor del Rey

Érase una vez un Rey que a menudo debía convocar a sus súbditos a las reuniones. El Rey tenía que enviar a un mensajero para que fuera por los pueblos convocando a todo el mundo para el encuentro. Muchos de estos poblados se hallaban lejos de la residencia real y los mensajes tardaban mucho tiempo en llegar a todos los súbditos. Después de que los súbditos recibieran los mensajes, debían vestirse con sus mejores galas y emprender un largo camino hacia la reunión. Llevaba largo tiempo transmitir el mensaje y llevaba largo tiempo realizar el viaje. Pasaban muchas semanas antes de que los habitantes de los poblados llegaran hasta la reunión convocada por el Rey.

Cuento los Tres Cerditos

Érase una vez tres cabritos que se apellidaban Bruto. Eran tres hermanos y se llamaban: Pequeño Cabrito Bruto, Mediano Cabrito Bruto y Mayor Cabrito Bruto. Pastaban en la abundante y verde hierba que crecía en el valle cercano a su casa. A menudo, Madiano Cabrito y Mayor Cabrito advertían a Pequeño Cabrito que no paseara lejos de casa.

«no cruces el puente. Bajo el puente vive un viejo duende huraño. Se come a los cabritos pequeños.»

Pequeño Cabrito, que era un hermano pequeño muy obediente, siempre seguía el consejo de Mediano Cabrito y de Mayor Cabrito. Pero un día pastó por toda la verde hierba del valle que tenía al lado de su casa. Fue mordisqueando la hierba hasta llegar justo al borde del puente de madera.

Cuento Sopa de Clavo

Érase una vez un vagabundo que andaba por un camino solitario cargando a hombros sus pertenencias envueltas en un pedazo de ropa vieja. Cuando ya era casi de noche, el vagabundo vio al borde del bosque una casita de campo. La casita daba una agradable sensación de calidez al reflejarse en sus ventanas el sol del atardecer.

El vagabundo anduvo hasta la casita y llamó a la puerta. Una viejecita abrió la puerta y dijo frunciendo el ceño: «No me pida comida porque no tengo».

El vagabundo vio el fuego que ardía en la chimenea y le preguntó a la viejecita si podía sentarse cerca de la chimenea para entrar en calor. La viejecita le respondió: «Claro que sí. Supongo que no habrá ningún problema. El fuego arde igual para uno que para dos».

Cuento Garbancito

Érase una vez un niño muy muy pequeño, tan pequeño que podría caber en la palma de la mano. Un niño que no era más grande que el botón de una camisa o que la cabeza de un alfiler.Que era tan pequeño como…..¡un garbanzo!

¿A qué parece increíble? Pues yo os aseguro que ese niño existió hace mucho tiempo y en un país muy lejano.

Cuento la Competición de Vuelo

 Hace mucho tiempo, los pájaros se reunieron y decidieron tener un rey. El León era el rey de los animales que caminaban sobre la tierra y los pájaros querían tener su propio rey para que gobernara sobre los cielos. Así que los pájaros fueron a ver a León para pedirle que convocara una asamblea de todos los pájaros.

Todos los pájaros se reunieron para decidir quién sería el rey. León les preguntó cómo lo decidirían; los pájaros pensaban y pensaban pero no sabían cómo decidir quién sería el rey. Mientras conversaban, Halcón quería sugerir que nombraran Rey de los Pájaros a queien volara más alto. Halcón sabía que él era quien volaba más alto pero no quería ser el rey porque, aunque era el más pequeño de todos, era muy inteligente.

Cuento de la liebre y la Tortuga

Érase una vez una liebre muy orgullosa. Se consideraba a sí misma la mejor liebre del mundo. Se enorgullecía de lo rápido que podía correr. Sus patas traseras eran muy fuertes y hacían que pudiera correr como el viento. Nunca dejaba escapar la oportunidad de demostrar su habilidad a sus amigos y de recordarles lo rápido que podía correr.

Un día fanfarroneaba ante sus amistades, mostrándoles lo rápido que podía correr. Mientras corría, saltó sobre su caparazón que había en mitad del camino. Del caparazón salieron lentamente una cabeza y unas patitas y el caparazón empezó a avanzar por el camino. La liebre se dio cuenta de que era una tortuga la que se arrastraba con lentitud por aquel camino.